miércoles, 16 de marzo de 2016

Buitres: ¿cuánto debemos? ¿Por qué pagar? ¿Para qué pagar? ¿Cómo pagar?

-> Lo interesante de leer diarios es que en uno afirman fervientemente que el pago a los fondos buitres es totalmente injusto, mientras que en otros son optimistas y auguran por una pronta solución y que se acordó como se pudo. ¿Qué dice el proyecto de ley que presentó el Poder Ejecutivo en el que ‘’propicia la adopción de medidas tendientes a cancelar, con quitas significativas, la deuda en cesación de pagos (…) derivada de una serie de títulos públicos en default desde el año 2001’’?

¿Cuánto debemos?

U$S 9.000.000.000 a acreedores con sentencia ‘’pari passu’’ en su favor.
U$S 3.000.000.000 a acreedores con títulos regidos por jurisdicción de los Estados Unidos.
U$S 5.000.000.000 a acreedores con títulos regidos por otras jurisdicciones.
U$S 3.000.000.000 a títulos que nunca fueron reclamados por sus tenedores.
U$S 20.000.000.000 totales.-




¿Por qué pagar?

Los procesos judiciales ya han sido resueltos en contra de Argentina, habiendo agotado nuestro país todas las instancias de apelación disponibles.

El conflicto afectó a acreedores reestructurados y a diversas entidades financieras involucradas en la cadena de pagos de los títulos, o intervinientes en otro tipo de operaciones con nuestro país.

Los litigios iniciados y extendidos por más de una década, han significado enormes costos económicos en gastos legales para el Tesoro Nacional, adicionando a ello la acumulación de intereses.

¿Para qué pagar?

La Argentina debe recuperar la confiabilidad internacional y restablecer su acceso a los mercados financieros internacionales en una situación de normalidad a tasas reducidas como las de nuestros países vecinos.

Acceder a los mercados financieros internacionales.

Mejorar la calificación crediticia del país.

Acceder a financiamiento en condiciones favorables.

Alcanzar la ‘’pobreza cero’’.

Ejecutar el denominado ‘’Plan Belgrano’’.

Ejecutar diversas obras de infraestructura en materia de energía, puertos, cloacas y viviendas.







¿Cómo pagar?







Desde la oposición se criticó no sólo que la quita obtenida no había sido suficiente, sino también que se pagaban honorarios y gastos a los buitres que litigaron contra nuestro país. Esto tiene sus causas, pero es cierto. Así lo dice el proyecto de ley.




lunes, 14 de marzo de 2016

El primer trimestre del gobierno macrista: ¿y el freno a la inflación?

15/03
-> Hoy escuché a las 20 horas el programa Partida doble por radio UBA, conducido por Norberto Lema. En esta oportunidad contó con la presencia de Oscar Cetrángolo, Andrés López y Sebastián Katz. El tema a tratar fue inflación y crecimiento económico.

En primer lugar, se analizó la ‘’herencia K’’. Se estimó que entre 2011-2015 las exportaciones declinaron en u$s 27.000 millones por un contexto externo desfavorable (caída de precios internacionales de materias primas), se restringió fuertemente a las importaciones obligando a la presentación de las conocidas Declaraciones Juradas Anticipadas de Importaciones (DJAI) y se acentuó el déficit en las cuentas fiscales asociado a la perdurabilidad y ampliación de subsidios con destino a rubros varios. Luego, se enunciaron las medidas que Cambiemos tomó en su primer trimestre de gobierno para comenzar a dar solución a estas problemáticas: devaluación (aumento del tipo de cambio) para equilibrar la Balanza Comercial (X-M), supresión de las DJAI y la actualización de las tarifas del servicio de luz alcanzado en una proporción significativa por subsidios.

Luego, se interrogó sobre por qué las devaluaciones en Argentina se trasladan automáticamente a precios. Una posible respuesta indica que los argentinos estamos tan pendientes de la cotización del dólar no por un factor cultural, sino por una suma de experiencias acumuladas. Ante la inestabilidad de nuestra economía, el dólar actúa como elemento coordinador. Países latinoamericanos como Chile, Uruguay, Perú y Colombia, a pesar de contar con un sistema financiero dolarizado, la moneda extranjera es cada vez un factor menos relevante ya que las inestabilidades no ocurren entre períodos de tiempo breves, sino más bien en plazos cada vez más extensos. En ellos, la devaluación provoca una caída del salario en términos de dólares, pero el salario en términos internos se mantiene sin modificaciones. Esto ocurre porque el clima político y económico en ellos es de confianza, seguridad y credibilidad en las instituciones públicas y moneda local.
Por último, consultoras privadas estiman la inflación argentina para este 2016 en torno a un 35%. El país heredado, ¿arranca nuevamente? ¿Cuáles serían las distintas alternativas para lograr el gran empujón?  

La primera opción sería que el contexto internacional cambie y mejoren los precios internacionales, situación con bajas expectativas. Otra opción podría ser la reducción de importaciones, también dificultosa. Por último, lo más viable sería aumentar trabajosamente el volumen de exportaciones. ¿Cómo? Invirtiendo en infraestructura. Fomentando los cambios tecnológicos necesarios. Dando trabajo (mejora de los factores productivos). Esto nos permitirá ‘’vivir con lo nuestro’’, pero creciendo y permitiéndonos pagar las deudas tomadas.



-> Inflación: tipos y políticas antiinflacionarias.

El cuatrimestre pasado cursé la materia Macroeconomía y Política Económica, en la que aprendí información sobre la inflación que pretendo compartirles en esta nota. Aquí vamos.

La inflación es el incremento sostenido y generalizado de los precios. Generalizado quiere decir que el incremento no ocurre sólo en un producto, sino que ocurre en varios bienes y servicios de una canasta de consumo. Sostenido quiere decir que no ocurre durante una semana, sino que se extiende durante un tiempo.

Hay varios tipos de inflación.

La inflación de demanda es aquel incremento de precios que ocurre por un exceso de personas que quieren adquirir el mimo producto. Cuando muchas personas quieren comprar carne, por ejemplo, y no hay disponibilidad de tanta carne en stock, los precios suben.

Luego, la inflación de oferta es aquel incremento de precios que ocurre por una escasez de bienes generada por el productor, que se traslada a precios. O sea, el stock es bajo. Hubiere o no demanda hacia estos bienes, los precios son altos.

Después, la inflación estructural es aquella producto de la propia estructura productiva argentina. Nuestro país es exportador de materias primas, y debe importar manufacturas. Cuando el valor de importaciones es más alto que el valor de exportaciones, ocurre un déficit comercial que suele corregirse con una devaluación. La devaluación es un incentivo al agropecuario para que exporte. Para colocar su producto en el mercado local, querrá obtener la misma retribución que en el mercado externo, por eso lo cobrará más caro en el mercado local. Demos un ejemplo.

Precio interno de la carne $100. Precio externo de la carne u$s10. Tipo de cambio 1u$s = $10.
Devaluación y el tipo de cambio se ubica en 1u$s = $15.
Precio externo de la carne u$s10. Precio interno de la carne $150.

En el ejemplo anterior vemos que el exportador vendía carne por u$s10, y obtenía $100 liquidando esa exportación en Argentina. Por lo tanto, esos $100 son los que cobraba al mercado interno. Luego de la devaluación, el exportador sigue vendiendo carne por u$s10, pero ahora liquida esa exportación en Argentina por $150, valor que querrá cobrar en el mercado local.

Existe también la inflación de puja distributiva. Al ya existir un clima inflacionario, el trabajador o proveedor de la mano de obra puja con el capitalista para que éste le otorgue un aumento salarial y recupere el poder adquisitivo que había perdido por la inflación. El capitalista le aumenta su salario, pero incrementa los precios de sus productos para no verse afectadas sus ganancias.

Por último, la inflación inercial es aquella que ocurre por el sólo hecho de, por así decirlo, ‘’planes inflacionarios’’.  Un claro ejemplo es el contrato de locación que se firma por un período de dos años, y en el que se prevén aumentos en el alquiler por inflación.

Ahora bien. En Economía se pueden tomar decisiones de corto y largo plazo.

Las decisiones de corto plazo se observan a través de políticas de ‘’demanda agregada’’.  Son aquellas relacionadas al consumo, inversión, gasto, exportaciones e importaciones. Su incentivo tiene efectos inmediatos en el corto plazo, y son políticas que toman muchos gobiernos para atribuirse el éxito. Su aplicación resultará en un desempleo bajo, pero una inflación alta.

Las decisiones de largo plazo se observan a través de políticas de ‘’oferta agregada’’. Son aquellas relacionadas a incorporación de nuevas tecnologías, inversión en educación y capital humano, e inversión en factores de la producción. Su incentivo tiene efectos en el largo plazo, y son políticas que no resuelven problemáticas coyunturales y que los gobiernos no suelen tomar porque no serían considerados como logros suyos, sino atribuibles a gobiernos futuros. Su aplicación resultará en una inflación baja, pero un desempleo elevado.

Las reglas claras: ¿se puede bajar la inflación? Sí, a costas de un desempleo elevado. ¿Se puede mantener a todos empleados? Sí, a costas de una inflación elevada. La teoría macroeconómica y su estudio dice que los gobiernos cuando asumen aplican políticas relacionadas a una menor inflación (y un mayor desempleo), y cuando se acercan las elecciones legislativas aplican políticas relacionadas al pleno empleo (y una mayor inflación).

La curva de Phillips es aquella que mide la relación inflación/desempleo. Esta relación siempre fue indirecta hasta que, a mediados de los ’70, la crisis del petróleo incrementó su precio y contrajo la oferta, lo que provocó más inflación y más desempleo (estanflación).
Luego de esa gran crisis de la teoría macroeconomía, los economistas Milton Friedman y Robert Lucas modificaron el pensamiento económico. Friedman afirmaba que los individuos miraban qué inflación tuvo lugar en el pasado y proponían un número mayor con el objetivo de incrementar sus salarios en esa proporción (expectativas adaptativas). Lucas, años después, planteó que los individuos pensaban de manera racional acerca de lo que sucedería en el futuro y que tomarían sus decisiones en base a las políticas fidedignas que el área económica tenga en cartera (expectativas racionales). Aquí una nueva regla: ¿se puede bajar la inflación sin un desempleo elevado? Sólo con el planteo y ejecución de políticas fidedignas. Fidedignas quiere decir creíbles, seguras, confiables.


La teoría dice que la inflación es un fenómeno estrictamente monetario. ¿Qué quiere decir esto? Que su principal causa es la emisión de dinero. El dinero se produce en una proporción mayor a la producción de bienes y servicios, eso es inflacionario. ¿Cuáles serían políticas fidedignas? Un Banco Central anunciando una clara política antiinflacionaria. Alfonso Prat Gay, ministro de Hacienda y Finanzas Públicas, fijó la inflación de 2016 en un 25%. Mientras tanto, las paritarias de los docentes fijaron incrementos salariales en el orden del 40% y los plazos fijos para montos más chicos rondan el 26,5%. ¿Cerramos 2016 con 25%? ¿Llegamos?

martes, 8 de marzo de 2016

[HISTORIA] Deuda Externa Argentina-1976 a 2005.

-> En una nota anterior había comentado la lectura de un texto del Museo de la Deuda Externa, sito en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. En esta oportunidad les propongo ampliar esa información con otro de esos textos, conocido como D.E.U.D.A. Un dibujo argentino.

Entre 1976 y 1983 tuvo lugar en nuestro país el conocido Proceso de Reorganización Nacional. Durante éste, la presidencia estuvo a cargo de Jorge Rafael Videla, Roberto Eduardo Viola, Leopoldo Fortunato Galtieri y Reynaldo Bignone. Mientras tanto, el área económica era conducida por José Alfredo Martínez de Hoz.

A mediados de la década del ’70, los países exportadores de petróleo (OPEP) decidieron triplicar los precios de éste, lo que les provocó un excedente de liquidez. Tenían tanto dinero que no sabían dónde colocarlo para que no ocurriera una desvalorización. Los países desarrollados no eran los indicados, por lo que se decidió colocarlos a la banca extranjera. La banca extranjera lo ofreció a los países latinoamericanos, que lo recibió gustoso visto sus bajas tasas de interés.

El proceso de endeudamiento en Argentina durante el período del gobierno de facto era el siguiente: la banca transnacional prestaba dinero a las empresas públicas (aumenta el pasivo externo), las empresas públicas cedían este dinero el Banco Central de la República Argentina, el BCRA prestaba el dinero a especuladores, los especuladores depositaban el dinero en la banca transnacional (aumentan los activos externos). Este proceso, como puede observarse, beneficiaba a unos pocos y estaba garantizado por seguros de cambio y por la estatización de la deuda privada.

En 1979, Estados Unidos decidiría triplicar las tasas de interés, lo que provocaría una situación de ‘’deudores morosos’’ y más adelante ‘’deudores incobrables’’ a los países latinoamericanos que poseían una abultada deuda. La deuda que se tomó entre 1975 y 1983 lleva el nombre de ‘’deuda vieja’’ y se utilizó en un 44% para el financiamiento de la evasión de capitales, en un 33% para el pago de intereses y en un 23% para la compra de armas y de importaciones no registradas.

En 1983, retornaría la democracia a nuestra Argentina de las manos de Raúl Alfonsín. Durante su campaña, prometía una clasificación de la deuda legítima y deuda ilegítima. Afirmaba que sólo pagaría la deuda que se investigara y reconociera como legítima. Más adelante, las investigaciones darían como resultado que la deuda ilegítima era una cantidad de dinero que no valía la pena no pagarlo.

Durante su gobierno, estuvo a cargo del área económica Bernardo Grinspun (1983-1985) quien proponía una independencia total del Fondo Monetario Internacional y que le costó un 626% de inflación. En 1985 y hasta el final del mandato de Alfonsín, reemplazaría a Grinspun Juan Vital Sorrouille, quien llevaría adelante el Plan Austral: se reemplazan los pesos por los australes. Además, cumpliría condiciones del FMI cuando decide aplicar controles de precios, congelamientos salariales y un compromiso de no emisión monetaria. Más adelante, pondría en práctica el Plan Salvataje Primavera (un acuerdo de precios con quienes los fijaban), que derivó en un default en 1988 y en un clima de recesión, pobreza e inflación. Alfonsín debió abandonar su función en el Ejecutivo meses antes de diciembre de 1989.

En 1989 asumió a la presidencia Carlos Saúl Menem. Entre las medidas más resonantes del nuevo gobierno se encontró la Ley de Convertibilidad, impulsada por su ministro de Economía Domingo Felipe Cavallo. La convertibilidad consistía en la compraventa de dólares por parte del Banco Central a una tasa de cambio fija, el compromiso de no emisión de base monetaria, la apertura comercial externa y la libre entrada de capitales. Se creía en él como un mecanismo contra la lucha antiinflacionaria. De esta manera, el endeudamiento externo ya no se utilizaba para el beneficio de unos pocos, sino que se utilizaba para mantener el modelo: se exportaba barato, se importaba caro y la balanza comercial arrojaba numerosos déficits.

En 1992, el Plan Brady impulsado por Cavallo consistió en una reestructuración de deuda relacionado a: se blanqueó la deuda ilegítima; los tenedores de bonos estaban ahora dispersos y anónimos, en lugar de concentrarse en entidades bancarias; los tenedores de bonos se aseguraban el cobro de intereses atrasados por una cláusula en los mismos con legislación en la justicia de los Estados Unidos.

El Plan Brady en números fue así: los títulos por el clima recesivo cotizaban a un 18% de su valor nominal, es decir, 3762 millones de dólares.  Cavallo reconoce estas deudas a su valor nominal del 100%, es decir, 29.900 millones de dólares, que se componen 29.900 millones de capital y 9000 millones de intereses. De los 29.900 millones, se reconoce una quita del 35% sólo por 7500 millones. De los 9000 millones, se pagan en efectivo 400 millones y en bonos a 12 años 8600 millones.

En 1998, el comienzo de una recesión y las acusaciones de corrupción hacia el presiente, apresurarían su salida del gobierno. En 1999, asumió Fernando de la Rúa (UCR+FREPASO). En el área económica, José Luis Machinea prometió honestidad, la continuidad de la Convertibilidad y el déficit cero (recortando gastos administrativos, incrementando impuestos y reduciendo salarios entre un 12% y un 15% a la administración pública). Para ello, recurrió el Blindaje: un préstamo de 32.700 millones de dólares, del que podrán saber más en descripción.

Meses después, Ricardo López Murphy se hizo cargo de Economía y recortó gastos administrativos y presupuesto hacia universidades. Su gestión fue sumamente criticada, por lo que tuvo que renunciar. Finalmente, volvió Domingo Felipe Cavallo quien ratificó la política de déficit cero e implementó el Megacanje. En éste, se refinanciaron los vencimientos correspondientes a los siguientes cinco años y se canjearon bonos por otros con mayores plazos. Para ello, se tomó deuda por 10.000 millones de dólares. Siempre desde el comienzo de la Convertibilidad se dijo que los medios de comunicación ayudaron a que la población no se sublevara. Parece que a esta altura, la población notó lo que realmente sucedía, lo que le generó un clima de descontento y frustración. Esto provocó que todos recurran a las instituciones bancarias a retirar sus depósitos. Y aquí llegó el Corralito, el Cacerolazo y el Estado de Sitio.

Sucedieron a De la Rúa, Ramón Puerta, Adolfo Rodriguez Saá (quien anunció el default de 2002), Eduardo Camaño y Eduardo Duhalde (quien anunció la pesificación y continuó con los ajustes).

Los saldos luego de las dos gestiones de Menem, De la Rúa y aquellos que gobernaron fruto de la Ley de Acefalía fueron: tipo de cambio sobrevaluado, extranjerización del aparato productivo, desocupación del 22%, 19 millones de pobres (9 millones de indigentes), sistema productivo desarticulado y sistema financiero destruido.

En 2003 llegaría al gobierno Néstor Kirchner. Entre sus logros de gobierno se encontraron una política devaluatoria para no generar atrasos cambiarios; el crecimiento del Producto Bruto Interno en cifras cercanas al 10%; un incremento de 86% en las exportaciones entre 2003/7; un superávit comercial promedio de 12 millones de dólares entre 2003/7; la reducción paulatina y significativa de la pobreza, el desempleo y las importaciones; y una relación PBI/deuda que desciende de un 151% en 2002 a un 64% en 2007.

El crecimiento de las exportaciones permitió que por primera vez en la historia argentina, la deuda externa se pagara con recursos genuinos y no con la toma de más deuda. El 15 de diciembre de 2005, Argentina paga al FMI 9810 millones de dólares, finalizando más de medio siglo de dependencia con este organismo y celebrando la soberanía económica y el fin de los condicionamientos por parte de éste.


Lamentablemente, esto no se terminó acá. Aún quedaron 81.800 millones defaulteados, a los que se propuso reestructurar con la emisión de nuevos bonos con una compensación adicional sujeta al crecimiento del PBI. El 76,15% aceptó (62.500 millones de dólares), a quienes se acordó pagar 35.500 millones de dólares (quita del 57%).






viernes, 4 de marzo de 2016

Sobre el aumento en la tarifa del subte. ¿Tarifazo?

-> En junio, la tarifa del subte pasaría a $7,5. ¿Injusto?




Como todos sabemos, desde hace bastantes años, el transporte público está subsidiado para que el consumidor no tenga que afrontar una tarifa que represente un porcentaje considerable de sus ingresos y para no dejar excluida a la población carente de recursos económicos.

Yo comencé a utilizar activamente el subte cuando tuve que viajar a la Facultad de Ciencias Económicas, en el barrio porteño de Balvanera, con motivo de rendir materias correspondientes a un programa de educación a distancia. La tarifa del subte estaba en 2013 $2,50, hasta que en noviembre de ese año se incrementó a $3,50.

Luego por un período de tiempo bastante largo, al no cursar materias en la respectiva facultad, dejé de viajar.

Retorné en agosto de 2015, con una tarifa de $4,50 que se mantiene hasta la actualidad.

La política económica del nuevo gobierno está dirigida a disminuir el Gasto Público con destino subsidios al transporte público, y quiere actualizar las tarifas a $7,5 que regirían, previa audiencia pública, desde el mes de junio. ¿Es caro?

MES/AÑO
TARIFA ANTERIOR
TARIFA ACTUAL
INCREMENTO PORCENTUAL
INFLACIÓN AÑO/S ANTERIOR/ES
TARIFA TÉCNICA
01/2012
1,10
2,50
127%
22%

11/2013
2,50
3,50
40%
25%
7,47
03/2014
3,50
4,50
29%
27%
10,26
2015





04/2016
4,50
7,50
67%
75%

TOTAL


585%
239%


Los incrementos acumulados se corresponden con la inflación y son mayores a ella. Esto quiere decir que el Estado aporta cada día menos a través de Gasto Público un subsidio.

La tarifa real publicada en el Boletín oficial en 2014 es de $10,26. Es decir, pagando $7,5 a partir del próximo abril estaríamos cubriendo un 73% de la tarifa real. Nos seguirían subsidiando.

Es importante comentarles que en Europa, la tarifa del subte es de 1,50 euros. Vamos a hacer la cuenta de a cuántos pesos argentinos corresponde esta tarifa.

1 euro = $17,65 al tipo de cambio vendedor de hoy, 04/04/2016.

1,50 euros x $17,65 = $26,48.

En Europa no hay subsidios al transporte público y se pagan los $26,48.

Ahora vamos a ver a cuántos dólares corresponden los $26,48 que se pagan en Europa sin subsidios, y a cuántos dólares corresponden los $4,50 que pagamos en nuestro país con subsidios.

$4,5 / $15,06 = 0,30 u$s. Con la tarifa actualizada de los $7,5, serían $7,5/ $15,06 = 0,50 u$s.

$26,48 / $15,06 = 1,76 u$s.

El salario mínimo vital y móvil de Europa ronda los 700 euros, que se corresponden con $10.542. Mientras tanto en Argentina el salario mínimo vital y móvil ronda los $6.060. Es decir, un 57% del salario mínimo europeo. Por motivarme a hacer cuentas, la tarifa del subte argentina (que busca ser inclusiva para que todos los argentinos podamos viajar) debiera aproximarse al 57% de la tarifa europea. $26,48 x 57% = $15,09. Esta tarifa tal vez sea acorde a los $10,26 actualizados a 2015.

Podríamos hacer también otro tipo de cálculos. Cuarenta viajes son la cantidad que un trabajador, yendo y viniendo a su actividad laboral, gasta mensualmente en el servicio de subterráneo. En Europa, 1,5 euros x 40 viajes = 60 euros mensuales, que representan 60 euros / 700 euros = 9% del salario mínimo, vital y móvil. En Argentina, $7,5 x 40 viajes = $300 mensuales, que representan $300 / $6.060 = 5% del salario mínimo, vital y móvil. Es decir, el servicio europeo es más caro que el argentino y su tarifa representa una porción mayor de salario mínimo en comparación con nuestro país. ¿Cuál sería la tarifa del subte argentino que igualaría a la tarifa del subte europeo?

$X x 40 viajes = 9% de $6.060

X = $545 / 40 viajes -> $13,63.

Nuevamente, los $13,63 podrían ser acordes a la tarifa técnica actualizada para el año 2015.

Nos la siguen regalando.

miércoles, 2 de marzo de 2016

[HISTORIA] Deuda Externa Argentina- 1810 a 1983.

-> Muchas veces se dice que la deuda externa de nuestro país es una estafa. Yo les propongo ahondar un poco en los créditos que Argentina tomó desde sus inicios y destacar su crecimiento exponencial durante algunos años particulares. La información proviene de la historieta ‘’En deuda 2: los imperios contraatacan’’, publicada por el Museo de la Deuda Externa de la Facultad de Ciencias Económica de la UBA. Allá vamos.



En el año 1820 durante el gobierno de Martín Rodríguez con Bernardino Rivadavia y Manuel José García a cargo de los asuntos económicos, se encomendó a John Parish Robertson y a Félix Castro la negociación de un crédito a la Casa Baring Brothers en Inglaterra. Las dos personas a cargo de economía fueron conocidas por su ideología librecambista, monopolizadora y usufructuaria. Argentina reconoció una deuda de 1.000.000 de libras esterlinas, de las que sólo recibió 550.000 libras debido al descuento de comisiones, intereses adelantados y colocación al 70% de su valor nominal. Este crédito se terminó pagando en el año 1904, 80 años después de su toma, por un valor de 4.757.000 libras esterlinas (8,65 veces más de las 550.000 libras recibidas).

Desde el año 1868 y hasta 1874, durante la presidencia de Nicolás Avellaneda y con Lucas González a cargo de las decisiones económicas, la deuda se incrementó de 4.777.660 libras esterlinas a 14.479.408 libras (3,03 veces más de su valor inicial). La gestión de González se caracterizó por la aplicación de ajustes, su política de déficit cero, la suspensión de obras públicas y los atrasos en el pago de salarios.

En los famosos años 30, durante los gobiernos de facto de Agustín Pedro Justo y José Félix Uriburu y asesorados en el área económica por Federico Pinedo, se creó el Banco Central de la República Argentina, se creó también el Instituto Movilizador de Inversiones Bancarias y se reconstruyeron exitosamente relaciones con Gran Bretaña. Luego del período de gracia de nuestro país hacia Europa conocido como el granero del mundo, en el que colocábamos sin problemas nuestras exportaciones agrícolas, llegó una época donde se adoptó el proteccionismo. Esto indica que los países europeos protegían a su industria local y priorizaban el intercambio de bienes con sus colonias, a través de la firma de acuerdos. De esta manera, y visto la dificultad para ingresar manufacturas, Argentina comenzó a producirlas aplicando el modelo ISI (industrialización por sustitución de importaciones).

Más adelante, en el año 1946 cuando Juan Domingo Perón accede a la presidencia, se rompen relaciones con Gran Bretaña y se pagan 264.300.000 dólares, cancelando prácticamente la totalidad de la deuda argentina. Por primera vez en nuestra historia, se proponía un modelo de autonomía económica y Argentina se convertía en un país acreedor (prestaba dinero en vez de pedir prestado).
En 1955, un Golpe de Estado remueve de su cargo a Perón y en 1956 la Argentina ingresa al Fondo Monetario Internacional, contradiciendo a la política nacionalista impulsada durante años anteriores.

En 1958, el gobierno de Arturo Frondizi se caracterizó por trabajar por el autoabastecimiento petrolero, promocionar el sector agropecuario, liberalizar importaciones y limitar las políticas industriales que Argentina intentaba llevar a la práctica.

Cuatro años después, en 1962, José María Guido es presidente de Argentina y Federico Pinedo junto a Álvaro Alsogaray lideran el equipo económico. Argentina retorna a una ideología liberal, transcurriendo durante esos años un período negro. Aquí es cuando se conocieron frases como ‘’hay que pasar el invierno’’, indicando que luego vendrían nuevos aires y nuestro país volvería a crecer. Desde 1962 y hasta 1963, la deuda pasó de 1.868.000.000 dólares a 2.100.000.000 dólares.

En 1963 llegaría al poder Arturo Illia. Durante su presidencia, Argentina no tomó nuevos préstamos y rechazó las imposiciones del FMI. Además, Argentina se desendeudó de los 2.100.000.000 dólares que debía a 1.762.000.000 dólares.

El gobierno de Illia sería tan criticado que un nuevo Golpe de Estado lo derrocaría en 1968, año en el que asume Juan Carlos Onganía (nacional clerical) con Adalbert Krieger Vasena (liberal proimperialista) en Economía. Los resultados de su política fueron reducción de salarios, supresión de las horas extras y devaluación del 40%. La deuda de nuestro país pasó de 3.394.000.000 dólares en 1968 a 6.082.000.000 dólares en 1972.

En el año 1973 y hasta 1976, durante las presidencias de Héctor Cámpora, Juan Domingo Perón y María Estela Martínez, el Estado volvió a participar activamente en la economía del país y se aplicaron fuertes políticas a la promoción de exportaciones industriales. Hacienda estaba conducida por José Ber Gelbard. La deuda pasó de 6.300.000.000 dólares (1973) a 8.000.000 dólares (1974).


Como siempre en Argentina, y ésta sería la última vez, un Golpe cívico-militar inicia un 24 de marzo de 1976 el conocido Proceso de Reorganización Nacional. José Alfredo Martínez de Hoz, a cargo de los asuntos económicos y con frases como ‘’crecer hacia afuera’’ y ‘’aprovechar el bajo costo argentino’’, aplicó un modelo financiero (contrario a un modelo industrial) y multiplicó por tres la deuda argentina, de 9.141.000.000 dólares en 1976 a 27.162.000.000 dólares en 1980. El ingreso de tanto dinero a la Argentina fue producto del aumento en los precios del petróleo y del excedente de liquidez (mucho dinero) que tuvo lugar en estos países. Abrir la economía, privatizar empresas, reducir salarios y bajar el Gasto Público fueron las medidas más resonantes de aquellos años. En 1983 la deuda alcanzaría los 45.000.000.000 dólares.