->
Les propongo dar lectura a la siguiente publicación de Luis Ferreras vía
Facebook y debatir sobre ella.
Hace unos años, tenía un kiosco. Un día vino Miguel y me dijo que a él
no le alcanzaba para comprar una Coca-Cola, que estaba a $30... Le dije, bueno
Miguel, como sé que es fundamental la Coca-Cola en tu vida, te hago un precio
especial, un subsidio, de onda, por más que yo pierda. A la Coca-Cola me la vas
a pagar $5 a partir de hoy, y bueno, salí adelante, cuando estés mejor te voy a
cobrar lo que la Coca-Cola salga en ese momento. Pero vos tranquilo, que no
pasa nada.
Al tiempo, Miguel me dijo que, a pesar de que pagaba una Coca-Cola a bajo precio, no le alcanzaba para comprarla. Le dije, bueno Miguel, hagamos algo... para que te sea más fácil todos los meses, te voy a dar una ayuda económica. No es necesario que trabajes para mí, va a ser para ayudarte a salir adelante. Vos estudiá, progresá, buscá trabajo y el día que estés mejor, bueno, veamos cómo me lo retribuís.
Al tiempo, Miguel me dijo que, a pesar de que pagaba una Coca-Cola a bajo precio, no le alcanzaba para comprarla. Le dije, bueno Miguel, hagamos algo... para que te sea más fácil todos los meses, te voy a dar una ayuda económica. No es necesario que trabajes para mí, va a ser para ayudarte a salir adelante. Vos estudiá, progresá, buscá trabajo y el día que estés mejor, bueno, veamos cómo me lo retribuís.
Pasó el tiempo y Miguel fue papá, tampoco le alcanzaba con lo que le daba, así que decidí ayudarlo con una asignación, un sueldo a cambio de nada, por cada uno de sus hijos. Un día vino Miguel de nuevo y me dijo: ¿sabés que mi mujer no tiene trabajo y no nos alcanza? Listo, Migue... no hay drama. Te ayudo con lo de tu esposa también...
Entonces, le di subsidio por la Coca-Cola. Lo ayudé mensualmente a él, a sus hijos y a su mujer... sin pedir nada a cambio.
Lamentablemente, Miguel siguió sin progresar... tampoco se preocupó por ello, a decir verdad. A mí, en cambio, después de 12 años el kiosco se me vino abajo, se caía a pedazos, no podía mantenerlo. Al haber fallado en administrarlo tuve deudas con todo el mundo, unos buitres la verdad...
Y bueno, me cansé. No podía manejarlo más, así que le entregué mi kiosco a un tipo de ojos claros... Llegó este tipo, al ver el celeste descolorido, pintó todo de amarillo, puso globos y empezó a organizarse. Obviamente, la Coca-Cola hoy la vende a $50, decidió quitar el subsidio y también la ayuda que yo le daba a Miguel y con ello, sustentar las pérdidas que yo había generado (una pequeña parte).
Obviamente, Miguel se enojó.
Lo bueno es que sigue pensando que la culpa es del tipo de ojos claros.
No mía.
Considero
que cualquier persona que lea esta publicación que decidí compartirles se dará
cuenta fácilmente que el precio de la Coca-Cola tuvo que actualizarse porque
los subsidios que el vendedor del kiosco le otorgaba a Miguel, cada vez de
montos más elevados y cada vez en más escala (a él, a su esposa y a sus hijos),
lo hacían tener resultados negativos, o resultados que no alcanzan para cubrir
con la totalidad de los costos fijos que demanda el funcionamiento efectivo de
un kiosco.
Ahora
bien, esto no sucedió sólo porque el vendedor decidió ayudar a Miguel mediante
un subsidio. Esto también pudo haber ocurrido cuando el kiosco recién abrió,
cuando poca gente concurría a comprar allí, los costos fijos eran elevados y
las ventas no lograban cubrirlos. ¿Qué decisión puede tomar un emprendedor en
ese caso? Si uno proyecta que realmente el negocio va a funcionar, decide
arriesgarse y pedir dinero prestado. Dinero que utilizará para cubrir los
costos fijos actuales, que más adelante podrá cubrir fácilmente con los
ingresos por ventas. Es decir, toma deuda para más adelante poder devolverla ‘’sin
inconvenientes’’ y no necesitar más.
En un
país como la Argentina, tomar deuda para crecer a veces funciona y a veces no.
Estamos hablando de un país y no de un negocio. Hubo quienes invirtieron en
nuestro país y después se vieron afectados por la cesación de pagos que
Argentina decretó en 2002. Y hubo quienes luego no quisieron entrar en las
reestructuraciones de deuda que tuvieron lugar en 2005 y 2010 (buitres).
Finalmente, se pudo pagar. Pero se pudo pagar porque estamos hablando de un
país, que puede volver a financiarse para crecer y pagar sus deudas. Esto
quiere decir que hay quienes confían y apuestan que prestándole a la Argentina,
el país puede crecer y puede devolver el capital que fue prestado. Esto en un
negocio no ocurre en lo absoluto. Si yo invertí en un kiosco y el kiosco no
funcionó, tengan la seguridad de que nadie va a querer volver a invertir en ese
kiosco.
Conclusión:
sirve otorgar un subsidio cuando las estadísticas a nivel país son realmente
alarmantes. Quiero decir que el Gasto Público del Estado a través de un
subsidio debe otorgarse únicamente cuando los niveles de pobreza y desempleo (por
ejemplo) alcanzan cifras que no son normales, ni se encuentran dentro de intervalos
de confianza determinados. ¿Cuándo suprimir subsidios? Sencillo. Cuando las
estadísticas a nivel país retornar a niveles normales, o se encuentran dentro
de intervalos de confianza determinados. ¿Qué hizo Argentina? Los aplicó en
2002 cuando estábamos realmente en una situación crítica, y los mantuvo nada
más, ni nada menos, que doce años. Doce años en los que la situación de la
pobreza y el empleo habían mejorado notablemente, con incrementos exorbitantes
de las exportaciones, con superávits gemelos. Es como decirles que había tanta
plata que se la dispuso casi en su totalidad al rubro Gasto Público.
Lo
dije en otras notas. Canalizar el dinero a través de Gasto Público fomenta el
empleo y crece el ingreso. Al crecer el ingreso, crece la parte del Consumo
dependiente de ese ingreso. Y cuando crece el consumo, hay inflación. ¿Qué pasa
cuando hay inflación? Menos salarios reales. En la jerga social se dice que ‘’no
nos alcanza’’ y ‘’no llegamos a fin de mes’’. Entonces, el consumo está bueno
activarlo cuando la situación lo amerita porque está todo mal, pero no sirve
dejarlo activado para siempre. ¿Qué debiera hacerse? Canalizar el dinero a
través de Inversión. Meter la plata en nuestra industria: producir manufacturas
o agregar valor a nuestra producción agropecuaria.
Tengan
siempre bien presente que las políticas de los últimos doce fueron políticas de
corto plazo y que otorgaron soluciones inmediatas. Las políticas de los
próximos cuatro son políticas de largo plazo y otorgarán soluciones futuras. ‘’TIEMPO:
hay que esperar unos pocos meses y pasar el invierno, para llegar a la
primavera. Allí nos sentiremos mejor y retornaremos al lugar que siempre nos
merecimos’’. Fue entrecomillado porque es
la frase de los medios desde el comienzo de este 2016. Yo como argentino tengo
que elegir creer. Y Uds. también. Lo hayan votado o no, no hay vuelta atrás
hasta las elecciones legislativas del próximo año. Entonces, seamos críticos
constructivos y creamos. No agitemos por la renuncia y no nos quedemos en la
vereda de enfrente. Encontrémonos en la ancha avenida del medio y construyamos
juntos.